Friday, September 18, 2009

Juventud Premananda, guía infalible

En el año 1998, Swami Premananda fundó la Juventud Premananda.

Como lo anticipa el nombre, la Juventud Premananda vendría a ser la rama juvenil de la misión espiritual de Swami, que se podría definir como un grupo juvenil y espiritual, inspirado en la vida y enseñanzas de su creador.

 

Se trata de un grupo totalmente abierto a cualquier persona, y a pesar de que algunos de los conceptos y prácticas del grupo parezcan muy relacionados con el Hinduismo, la esencia de la enseñanza tratada tiene su base en verdades y valores universales que han sido dictados por santos de todas las épocas.

 

En palabras de Swami: ‘La razón para crear grupos juveniles es mostrar qué es la felicidad real; ser amorosos con todos; ser humildes; ser pacientes; entender la situación de cada uno; debatir buenos temas; desarrollarnos en espiritualidad; tener un buen corazón; y expresar todas estas cualidades a los demás’. 

 

Contacto

 

Cuando yo entré en contacto por primera vez con Swami Premananda, y con su único Centro oficial en Argentina, alrededor del año 2000, la Juventud Premananda ya estaba en marcha. Junto con mi hermano Rakhal, y otros pocos jóvenes que asistíamos a las reuniones del Centro de Villa Carlos Paz, oíamos encantados las historias de las actividades que estos grupos juveniles llevaban a cabo en Europa.

 

Si mi memoria no se equivoca, fue recién en el año 2004 que se realizó la primera actividad oficial de la Juventud Premananda de Argentina. Se trató de un ‘mercado indio’, en que mostrábamos distintos aspectos de la India, como comida, ropas, charlas explicativas, danza, canto, etc.

Desde entonces, la Juventud Premananda de Argentina ha seguido firmemente su marcha.

 

Personalmente, sin embargo, yo hice un cambio de rumbo, de manera literal, y en el año 2005 viajé a Europa en busca de una experiencia que venía posponiendo hacía tiempo, y en la que incluso Swami Premananda me había aconsejado.

Más allá de los temores normales de cambiar de vida, de tierra y de compañía, tenía ante mí ciertos obstáculos prácticos relativos a burdas cuestiones burocráticas, que me impedían trabajar o hasta permanecer largo tiempo en el Viejo Continente.

 

Fue gracias a la intervención de una devota de Swami Premananda, que entré en contacto con una miembro de la Juventud Premananda en Italia, quien me ofreció (junto con su madre, también devota de Swami) muchas facilidades para empezar la nueva vida.

Estando ya en Italia, tuve la chance de asistir a mi primer encuentro europeo de la Juventud Premananda, en Holanda, y así empezar a conocer y disfrutar de algo que desde hacía años deseaba.

  

 

Encuentros

 

El hilo conductor de la Juventud Premananda también guió muy siguientes pasos europeos, cuando al mudarme a Londres por unos meses necesitaba un lugar para vivir.

Gracias a una joven devota inglesa, conseguí una habitación en una tranquila casa, que a la sazón se convirtió en mi ‘familia’ adoptiva.

 

Si en Italia había entrado en contacto con la Juventud, en Londres me involucré mucho más, pues el grupo londinense era muy activo y había reuniones periódicas.

A esto se sumó mi asistencia a los encuentros europeos de los jóvenes Premananda.

 

Dichos encuentros suceden dos veces al año, en el verano boreal (agosto) y el invierno boreal (diciembre). En general se puede decir que estos encuentros juveniles son de una duración de cinco a siete días y tienen lugar en diferentes países de Europa, que van rotando cada año.

El país organizador se encarga de encontrar algún buen lugar para alojarse, que incluya contacto con la naturaleza, espacio propio para las actividades grupales, y la posibilidad de hacer servicio social.

 

En el pasado, en más de una ocasión se consiguió algún alojamiento a través de un organismo oficial (por ejemplo, el ayuntamiento), a cambio del servicio social de los jóvenes Premananda (por ejemplo, la limpieza de las calles del pueblo).

En otras ocasiones, son los jóvenes quienes deben pagar todos los gastos, pero siempre se intenta que sean bajos, pues muchos de los asistentes son estudiantes o menores, que deben ya de por sí hacer un viaje relativamente largo.

 

En su origen, la Juventud Premananda había puesto unos límites de edad, que luego fueron derribados por Swami mismo, al decir que ‘todo aquel que se sienta joven en el corazón puede participar’.

De hecho, en muchos de los encuentros juveniles hay adultos que participan, aunque sólo sea por una sola jornada; y en muchos casos, son devotos adultos los que brindan mucha ayuda organizativa, sobre todo para preparar las comidas.

  

 

División

 

Swami Premananda siempre hace hincapié en la importancia de dar servicio desinteresado a los demás, y él como ejemplo, es fundador de un gran orfanato y otros proyectos caritativos.

Siguiendo este idea, en el año 2005 se creó el Servicio Juvenil Prema, la rama de servicio social para jóvenes.

 

Si bien nace de la misma semilla que la Juventud Premananda, el Servicio Juvenil Prema se focaliza únicamente en cuestiones relativas al servicio desinteresado y el voluntariado.

La Juventud Premananda, en cambio, tiene un espectro más amplio que también incluye prácticas espirituales como los cantos devocionales y los rituales tradicionales de la India.

 

Evidentemente, para muchos jóvenes occidentales no es siempre viable acercarse a cuestiones ‘ajenas’ como las prácticas espirituales de la India. Por otro lado, hay jóvenes que no están interesados en ningún tipo de enseñanza espiritual y que no quieren ni oír acerca de los devaluados conceptos de Dios o religión.

Sin embargo, muchos de estos jóvenes siguen teniendo un gran interés social, y una gran pasión por ayudar a la humanidad.

Es por ello, que se creó el Servicio Social Prema, para diferenciarlo de la rama más espiritual, que sería la Juventud Premananda.

 

Si bien al inicio los miembros de ambos grupos puede que sean las mismas personas, con el tiempo se hace una diferencia.

De hecho, en los últimos años, se ha comprobado con las experiencias de los grupos juveniles alrededor del mundo, que se acercan más personas nuevas para visitar el hogar de ancianos del barrio, que para el ritual tradicional de una estatua.

Lo cual, de hecho, me parece muy natural. Y veo muy positivo, de todos modos, que tantos jóvenes estén interesados en el servicio desinteresado.

 

Justamente uno de los grandes objetivos del Servicio Juvenil Prema es ‘hacer que más jóvenes experimenten la felicidad que nace de dar servicio y vincularlos con otros jóvenes de la misma mentalidad’.

 

 

Conferencia

 

En el año 2008 la Juventud Premananda cumplió diez años de vida y hubo una gran Conferencia Internacional en Bélgica, donde asistieron devotos y amigos de todas partes de Europa.

En febrero de 2009, se llevó a cabo una Conferencia Juvenil Internacional en el Sri Premananda Ashram de la India.

Allí hubo tres días de actividades espirituales que estuvieron a cargo de los diferentes grupos juveniles del mundo.

 

Como ya dije en un post anterior, la espiritualidad en general da la posibilidad de satisfacer ciertos deseos o aspiraciones mundanas, pero a través de una forma más simple y útil.

Para algunos, este sublimar espiritual es la única forma posible de poner en práctica ciertos anhelos oxidados; para otros, que ya lo hacen en la vida diaria como profesión, es una forma de llevar su experiencia a campos más fructíferos, desde el punto de vista espiritual.

 

Sea cual sea el caso, esta posibilidad de sublimación, específicamente con la Juventud Premananda, es muy grande en una Conferencia, pues hay una gran cantidad de eventos y cada país o grupo se hace cargo de alguna actividad.

 

Justamente en febrero 2009, yo llegaba al Ashram junto a Nuria, muy sobre la hora, y teníamos sobre nuestros hombros la responsabilidad de preparar algún tipo de actuación.

 

Danza

 

Puede ser que escribir se me dé bien, pero para las artes escénicas en general, tengo pocas dotes.

Por suerte, en el Ashram estaban mi hermano Rakhal y su novia Celia, que equilibran la balanza familiar con su talento.

De hecho, al haber llegado antes, ellos ya habían preparado y ensayado una danza y coreografía, que estaba destinada al éxito.

Cabe decir aquí, que estamos hablando de dos profesionales de la danza y el teatro, y no de dos improvisados, como éramos los recién llegados.

 

Teniendo en cuenta que la Conferencia de este año tenía un tinte ‘ecológico’ y como eje principal estaba la idea de cuidar nuestro mundo y medio ambiente, la danza versaba sobre ello.

La canción escogida era en idioma Tamil, del sur de la India, y pertenecía a una película estilo Bollywood.

El estribillo decía algo así como ‘nuestra casa es el paraíso, limpiémosla’. Estas palabras venían perfectas si estábamos hablando del Sri Premananda Ashram, y si la audiencia principal eran los cientos de niños del orfanato y la escuela Premananda.

 

En palabras de Rakhal, ‘la idea era la de comunicar el mensaje de mantener nuestro lugar limpio, pero de una manera divertida y atrayente para los niños’.

 

Para cumplir con la primera premisa, se recurrió a una introducción explicativa para subrayar lo negativo de ensuciar. Fue aquí donde entramos en acción Nuria y yo.

No había necesidad de hablar, pues el texto era leído en off (en inglés y tamil), y tampoco había que bailar, sólo representar, con algo de estilo de mimo, a alguien que ensucia y a otro que limpia, hasta que el primero se da cuenta de su error.

 

Luego venía la danza tan arduamente preparada. Para cumplir con la premisa de ‘divertir y cautivar’, Rakhal decidió incluir una sección de ‘lucha danzada’, en la que al ritmo de la música los bailarines representan una batalla estilo karateka (patadas y puñetazos), y en la que el vencedor es obviamente aquel que defiende la limpieza y el reciclaje, sobre aquel que ensucia.

Para los niños indios, este momento de la actuación, que mezclaba baile con lucha, era la cúspide.

 

 

Éxito

 

De hecho, la danza fue un gran éxito en general, y todos fuimos felicitados, incluso los que, como yo, habíamos hecho menos.

La preparación total de la danza, con todos sus detalles, había implicado prácticamente un mes, y no era de sorprender que el resultado fuera tan bueno, sobre todo porque estaba a cargo de profesionales.

 

La cuestión es que el furor por la actuación fue tal, que Swami Premananda, de visita en el Ashram, pidió que se repitiera la danza por la noche, ya que por la mañana él no había podido verla.

Cualquier aplauso, cualquier reseña en el mejor periódico, cualquier estatuilla dorada con alfombra roja, no se puede comparar al pedido de tu Gurú para que actúes delante de él (o para que cantes, bailes, o simplemente estés delante de él).

 

Una vez más, los espectadores estuvieron muy contentos con la danza y la crítica unánime de los niños del Ashram, en su particular inglés, era, ‘¡Super dance!’.

Swami Premananda en el Ashram, febrero 2009

 

 

‘Nunca antes’, dijo mi hermano, ‘en toda mi historia sobre las tablas, me han aplaudido tanto’.

 

Esta es la resumida historia de cómo yo, conocido desde siempre por mis dotes de bailarín como ‘Cintura de Roble’ y también ‘Piernas de madera balsa’, logré el éxito y la fama en una calurosa noche del sur de la India.

 

Todo gracias a una genial coreografía hecha por mi querido hermano; gracias a la infinita inocencia de los niños del Ashram; gracias a las bendiciones de mi Gurú…

 

Y, sobre todo, gracias a la Juventud Premananda, guía infalible de cómo hacer de la espiritualidad una actividad divertida, que además te llena de gozo, para siempre.

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